¡Viva Franco… Battiato!
Medita dos veces al día, en su pueblo de Milo, en las faldas del Etna. Opuesto —pero cerca— de un monje birmano, no sabemos si duerme dentro de un saco para no perder el contacto con la tierra, preparándose para una muerte que deberá llevarle, no tiene duda, a una nueva reencarnación. «Qué cosa quedará de mí, del tránsito terrenal, […]