‘La casa como un árbol’, de María Dolores Almeyda
[Nota de la librería:]
María Dolores Almeyda nació en Sotiel, pueblo minero de la provincia de Huelva, hace muchos años y algunas primaveras. Sentimentalmente lleva a su pueblo pegado a ella como si fuese un cuerpo extraño. No vive allí, pero no se lamenta porque eso le da oportunidad de volver siempre. Y los reencuentros son fabulosos. Ha publicado el libro «Versos Clandestinos», su primer poemario, en Nuño Editorial, y, posteriormente, «Algunos van a morir», libro de relatos bajo el tema de la muerte, en el que nada es tétrico sino formalmente humano, natural o divertido, en Anakel Ediciones.Ha colaborado en diversas revistas y antologías poéticas, entre ellas algunas de esta misma editorial Unaria, como «Indignhadas» y «Erotizhadas», y los libros de relatos «Cosecha de verano» y «Cosecha de invierno». Le gustaría ser Gloria Fuertes, pero ya hubo una. También Alejandra Pizarnik, pero se encuentra con el mismo problema. Así que se conforma con ser ella misma. Sea como sea, es ella.
La mujer árbol
Recuerda, solo tus nudos
conocen la afonía de tu corteza.
Lola Crespo
Una mujer es como una casa cuajada de brazos
que le nacen desde su tronco al árbol,
donde los pájaros hacen habitaciones
y tejen sus ciudades las arañas.
La mujer es un árbol que crece por donde quiere el tiempo
y tiene las paredes sembradas de ventanas
desde las que con toda libertad salen y entran los deseos
para aprender a volar desde sus espejismos.
Alguna vez la casa se derrumba
cuando algún viento excitado la azota impetuoso
y entonces se organiza la mudanza
desde la casa al árbol,
desde el suelo a las ramas,
desde la rama al tronco.
Una mujer es como un árbol que tiene muchas casas
donde viven los seres deshabitados de los bosques,
y en sus ramas anudan los lazos que abrazan fantasías
y las hojas son las manos delicadas o rudas
que acarician la piel a las estatuas.
Una mujer es una multitud de mariposas
empeñadas en parecer orugas
y es un proyecto inacabado siempre
y el puzle que muchos no quieren resolver.
Una mujer es una solución para un problema.
Como un reloj de precisión encaja
toda la pieza menuda en su estructura
y el engranaje de sus firmes mecanismos
sostiene la maquinaria de su agenda
almacenando amores y proyectos
en el complejo computador de su memoria.
Hay mucho proyectil y mucha baba suelta
dispuestas a disuadir su trayectoria
con el vuelo rasante de la desesperanza.
Pero esta mujer es una casa enorme
cuajada de puertas y ventanas
por donde entra la brisa y sale la desgana.
Y se edifica nueva sobre el solar vacío.
Y la casa que estaba a punto de derrumbe
es un palacio nuevo
donde cabemos todos los espíritus.
Fecha
sábado, 31 enero, 2015
19:00 - 20:30
Ubicación
Librería Muga