Un hombre que mató
No me olvido de que los soldados de la Tiger Force les cortaban las orejas a los vietnamitas y se hacían collares con ellas. Y así, entrando en la aldea con el colgante de apéndices, acometían la esforzada tarea de decapitar bebés. No oculto que los jemeres rojos violaron a diario a mujeres para producir «niños puros» en Camboya, y […]