Por si se les pasó de largo en su día, resulta muy recomendable este artículo sobre «Veinte libros de ciencia ficción para regalar a quienes creen por error que no les gusta la ciencia ficción», una selección interesante y con buen criterio pero lastrada por una gravísima carencia y es que no está en ella, ejem, Jot Down 100 películas imprescindibles: SCI-FI. Así que cómprenlo y regálenlo con auténtico frenesí, que está recién salido de la imprenta. La cuestión es que una vez hemos reunido los mejores libros y las mejores películas de este género que nos es tan querido, quedan pendientes las series de televisión de ciencia ficción más destacables. Ese hueco hay que cubrirlo, vamos a ello pues, así que voten o añadan las que en su opinión faltan.
Real Humans
«Todo aparato tecnológico acaba sufriendo las modificaciones necesarias para ver porno» señalaba la Ley de Kerensky. Ahora con ella en mente pensemos en que si la robótica avanzara lo suficiente como para proporcionarnos autómatas de apariencia humana para ayudarnos en el trabajo y las tareas domésticas… ¿Para qué terminarían siendo usados? Exacto. Esta serie sueca de gran éxito internacional estrenada en 2012, que podríamos definir como a medio camino entre Her y Yo, robot, aborda con notable agudeza psicológica las dificultades, malentendidos y tentaciones que surgirían en la convivencia entre humanos y unos robots con un inquietante aspecto de Ken y Barbie (o lo que es aún peor, en algunos casos de Mrs. Doubtfire). Ya lo advertían en Futurama, «Don’t date robots».
Futurama
Y si hemos mencionado anteriormente Futurama es porque esta serie resulta ser, al igual que su hermana mayor Los Simpson, toda una enciclopedia de la vida. No importa qué noticia, cotilleo, anécdota u ocurrencia se esté comentando que alguien, en algún momento de la conversación, dirá: «esto me recuerda aquel episodio de Los Simpson/Futurama en el que…». Como ese mapa de Borges que tenía el mismo tamaño del territorio al que representaba, lo que no aparece en alguna de las dos no existe tampoco en el mundo real. Pero a lo largo de los ciento cuarenta episodios que forman las siete temporadas de Futurama además de todos los guiños a la historia, la política y la cultura popular que cabe esperar de una producción de Matt Gorening, contó también con infinidad de referencias a la ciencia ficción, la física y las matemáticas que la sitúan un peldaño por encima de Los Simpson a ojos de sus seguidores más geeks.
Enano Rojo
Por la libertad que proporciona para plantear escenarios absurdos, la ciencia ficción puede combinar muy bien con la comedia y Enano Rojo es uno de los mejores ejemplos de ello. Esta serie del segundo canal de la BBC estrenada a finales de los ochenta trataba sobre un mecánico de una nave de carga que tras un sueño de tres millones de años descubre que todos sus compañeros han quedado convertidos en montoncitos de polvo. Afortunadamente cuenta con la compañía del ordenador de a bordo, un holograma y un gato que ha evolucionado hasta adquirir forma humana. Un grupo así tal vez no llegue muy lejos, pero al menos el trayecto será entretenido.
Firefly
El creador de Buffy Cazavampiros y Ángel todavía tenía algo más que aportar al mundo, no como el guionista de Lost. Se trataba de una serie ambientada en el espacio pero sin extraterrestres, los protagonistas se parecían más a vaqueros que a pilotos futuristas y su actitud tenía más aristas de las que al canal le hubiera gustado. Pese a tratarse de una serie imprescindible el proyecto en general no logró ganarse la confianza para asegurar su continuidad y ni siquiera llegaron a emitirse los catorce episodios previstos. Pero el público tenía otra opinión así que la estela de Firefly fue creciendo gracias al boca a boca hasta que se terminó rodando una continuación en cine, Serenity.
Star Trek
El reciente fallecimiento de Leonard Nimoy y todos los homenajes que lo siguieron nos mostraron que probablemente se trató del actor más estrechamente vinculado a un papel que nunca haya existido: Nimoy era Spock y Spock era Star Trek. La franquicia nos ha traído hasta el momento una docena de películas de desigual calidad y nada menos que treinta temporadas de televisión. En la primera de ellas, de 1966-67, pudo verse la que tal vez sea la peor pelea jamás rodada.
Doctor Who
Pero si hay una serie que pueda rivalizar con Stark Trek en veteranía e incluso superarla es esta. Comenzó nada menos que en 1963 y pudieron haberla concluido con un final como el de Lost del que su mismo guionista ha terminado pidiendo perdón, pues no. Mejor seguir emitiéndola aunque haya pasado más de medio siglo. Durante este tiempo además ha tenido un spin-off como Torchwood, ha dado nombre a Leela, la protagonista de Futurama y ha protagonizado este artículo.
V
En el remake de la serie V nos quedamos anonadados con una actriz tan impresionante como Morena Baccarin (a la que ya conocíamos de Firefly), pudimos ver la Puerta del Sol madrileña con una nave extraterrestre al fondo e incluso, tal como sospechábamos, descubrimos el origen extraterrestre de Calatrava. Pero a quién le importa. La V icónica, la buena de verdad, la que se nos quedó grabada para siempre fue la original de los ochenta. Eran alienígenas nazis, un combo que solo pudo haber salido de la mente de un genio, y si encima le añades partos aberrantes y malas que cuando no están poniendo caras de malísimas se dedican a devorar ratones pues ya no hay capítulo que perderse.
Les Revenants
Esta serie francesa gira en torno a muertos que regresan a la vida, no como zombis, sino con la apariencia que tenían hasta antes de morir, como si solo hubiera sido un largo sueño. En otoño de este año se estrenará finalmente la segunda temporada. Sobre ella poco podemos añadir a lo que contamos en este artículo.
Expediente X
Hace unos días se anunciaba el regreso, trece años después, de esta serie con su reparto original. Una gran noticia que nos permitirá revivir esos felices tiempos de sofá, manta, palomitas y gorrito de papel de aluminio. Su mezcla de ciencia ficción y fantasía sobrenatural permitía que fueran desfilando por ella ovnis, fantasmas, chupacabras y en general toda clase de entes sobrenaturales cabreados mientras esperábamos con creciente ansiedad que la pareja protagonista rompiera a follar. Estamos además ante una serie que resultó ser enormemente prolífica, pues no solo le debemos la existencia de Breaking Bad, sino que abrió el camino a otras muchas posteriores, siendo su influencia especialmente visible en Fringe.
Fringe
Comenzó su andadura recorriendo la delgada línea entre el homenaje y el plagio, pero al sustituir las conspiraciones extraterrestres de Expediente X por una trama en torno a universos paralelos logró crearse una identidad propia. Los científicos locos son en la ciencia ficción lo que los rusos ebrios en YouTube: la causa primera aristotélica, el catalizador supremo de todas las cosas. En el caso que nos ocupa este papel lo jugaba el doctor Walter Bishop, quien pretendiendo recuperar a su hijo fallecido terminó liándola parda al provocar una fractura espacio temporal que terminaría desintegrando nuestro universo. Afortunadamente su hijo y la agente del FBI Olivia Dunham luchaban un episodio tras otro por restaurar el orden en el cosmos.
Misfits
Esta serie inglesa tan moderna y juvenil tuvo sus mejores bazas en el humor que impregnaba la trama y en la química entre sus protagonistas. Resultaban sorprendentemente naturales y creíbles ante la cámara, desde la chav de acento cerradísimo hasta el charlatán de Nathan, a veces simpático y otras insufrible. La historia comienza cuando estos cinco adolescentes condenados a trabajos sociales son alcanzados por un rayo y desde entonces desarrollarán cada uno un superpoder distinto, en ocasiones bastante peculiar. Como por ejemplo la «inducción a la hipersexualidad por contacto» por el que el personaje de Alisha Daniels despertaba una lujuria irrefrenable en cualquiera que rozase su piel. Cuántas tormentas habremos pasado desde entonces abrazados a la antena de la azotea esperando adquirir semejante don, pero no hay manera, oiga.
Battlestar Galactica
De la primera versión, estrenada en Estados Unidos en 1978 y en España algunos años después, tenemos un levísimo recuerdo y quienes la han vuelto a ver años después nos dicen que mejor así. Fue su remake en 2003 el que se ha convertido en un pequeño clásico de la televisión, con toda su mitología en torno a los cylons, unos robots con aspecto de personas que al igual que en Blade Runner permiten a los guionistas elucubrar sobre la condición humana. Así que además de la ambientación y los efectos especiales, esta serie (al igual que su precuela Caprica) tiene una carga política/filosófica/religiosa que la hacen muy apreciable y digna de ser recordada. Desde luego todas sus alusiones a los peligros del fundamentalismo religioso no pueden resultar más actuales.